Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe
¡Atención, coatepequeños y visitantes! Si tu caminar por las calles empedradas de este Pueblo Mágico te lleva hasta una imponente obra de fe y arte, déjame presentarte la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, un símbolo de historia, devoción y creatividad local que no puedes dejar de conocer.
Desde 1840, cuando comenzaron a colocarse los cimientos de este templo, la comunidad coatepequeña supo que estaba edificando algo especial: un recinto que, con el paso de los años, se convertiría en testigo de bautizos, bodas y memorias familiares que perduran hasta hoy. Su planta se adapta milagrosamente a la esquina de dos calles —una decisión arquitectónica obligada por el espacio disponible—, lo que crea un juego de perspectivas único al caer la luz del sol.
A principios del siglo XX, en plena fiebre neogótica, la parroquia recibió una transformación de su fachada: grandes arcos ojivales, contrafuertes esbeltos y ventanales con vitrales de tonos intensos le dieron un aire europeo sin perder el calor jarocho. Hoy, al alzar la vista, podrás admirar sus pináculos esculpidos y aquella mezcla de cantera blanca con detalles en relieve que parecen susurrarte historias de fe y modernidad.
Pero el verdadero tesoro se guarda bajo la cúpula interior. Allí, rodeando la linterna central, el pincel del maestro Gregorio Sosa, orgullosamente coatepecano, plasmó murales que celebran a la Virgen de Guadalupe con pinceladas llenas de color y movimiento. Ángeles, guirnaldas florales y escenas de la Guadalupana envuelven el espacio, invitándote a detenerte y contemplar cada detalle como un acto de recogimiento y orgullo local.
Al atardecer, la luz natural se filtra a través de los vitrales, proyectando reflejos rojizos y dorados sobre las bancas de madera. Es el momento perfecto para tomar asiento, cerrar los ojos y dejar que el murmullo de los rezos y el vaivén de las palmas te envuelvan en un abrazo de paz.
¿Cómo llegar?
La plaza principal de Coatepec sirve como punto de referencia: al caminar hacia el oriente por la calle Revolución, encontrarás el acceso en la esquina, justo donde el eco de tus pasos se mezcla con los aromas de café recién molido.
No te pierdas
Visitas guiadas gratuitas los sábados por la mañana, donde guías locales relatan anécdotas de su construcción y remodelación.
Conciertos de órgano al mediodía, que llenan el recinto de notas barrocas y neogóticas.
Mercadito artesanal los domingos en el atrio, con tejidos y cerámicas de artesanos coatepecanos.
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