Juan Clímaco Rebolledo y el Santo Niño de Atocha

Juan Clímaco Rebolledo fue un militar coatepecano que luchó contra las tropas imperialistas de Agustín de Iturbide; fue amigo y partidario del general Santa Anna y se destacó en su defensa del país contra la invasión norteamericana de 1846-48.

En el año de 1844, estando un día en Querétaro luchando contra las tropas liberales le tocó defender el convento de Santa Clara, donde se veneraba una imagen del Santo Niño de Atocha, talla barroca en madera del siglo XVIII. Concluida la batalla con victoria de las tropas que encabezaba Rebolledo, éste entró en el templo a postrarse ante la imagen.

Las religiosas, conmovidas por el gesto y agradecidas por la defensa de su convento resolvieron donar la imagen a su salvador, para que pudiera llevarla y conservarla en su pueblo natal.

El teniente Rebolledo y su tropa de coatepecanos partieron inmediatamente de regreso, llevando el Santo Niño en andas. Resultó que en el camino se les acabaron las reservas de agua, sin que fuera posible encontrar este elemento por ningún lado y sin un atisbo de nube en el cielo.

De repente apareció un lindo niño que portaba un guaje lleno de agua que ofreció a los soldados. Empezaron a beber y a pasarse el calabazo hasta que todos estuvieron saciados, sin que llegara a acabarse el agua. Cuando quisieron agradecerle al niño, éste había desaparecido.

Concluyeron entonces que debía tratarse de un milagro y que el infante no era otro que el Santo Niño de Atocha cuya imagen transportaban.
Llegados a Coatepec, alojaron la talla en una capilla de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, donde todavía hoy puede admirarse.

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