El Cerro de las Culebras

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Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

Cronista de la ciudad de Coatepec

Visible desde cualquier punto de la ciudad se levanta altivo el “Cerro de las Culebras”, y como fiel guardián domina cada punto de la mancha urbana. En su carácter de geosímbolo, nos remite  a los antecedentes mismos del asentamiento en relación al antiguo lugar de origen, conocido actualmente como “Coatepec Viejo”,  por el hecho de presentar una serie de características geográficas en común, y manejarse dentro de la tradición oral, determinadas referencias que nos remiten al manejo de analogías simbólicas.

La carga simbólica del cerro en la época prehispánica nos remite al sitio cosmológico, cuyas características esenciales se fundamentan en la relación cerro-cueva-adoratorio, en cuanto a un eje de interacción simbólica entre el supramundo, plano terrestre y el inframundo. Se existencia y función se justifican en las antiguas historias de tradición mesoamericana, en específico los mitos sobre el origen de la tierra, creada a partir de las aguas por el poder de los dioses primigenios. Aunque existen varias versiones míticas que refieren un  origen zoomorfo de la tierra, o su levantamiento a partir de la superficie acuática, todas tienen en común su relación con el agua. Fundamentación simbólica que permite adentrarnos en la importancia del cerro en relación con los rituales propiciatorios del vital líquido, entre las sociedades prehispánicas y su pervivencia entre varias sociedades indígenas actuales.780183523_5bec64b270_z

La concepción simbólica del cerro-adoratorio en su carácter de espacio sacralizado, podemos inferirlo a partir de las evidencias arqueológicas en los cerros naturales, y los montículos creados mediante la acumulación de grandes cantidades de tierra y piedra. Como es el caso de los montículos que podemos admirar en la zona de “Campo Viejo”, donde algunas estructuras rebasan los veinte metros de altura, y con base en el análisis de los materiales arqueológicos, se les ubica en elPreclásico Medio entre el 1200 – 400 a.C.

Posteriormente hacia fines del periodo Clásico Tardío 600 – 900 d.C., se encuentran las evidencias de actividad humana en la zona de “Coatepec Viejo”, cuyos materiales más tempranos acusan la presencia de estilos propios de los denominados grupos del centro de Veracruz. Los cuales entrarían en contacto con las oleadas de grupos nahuas procedentes de los valles centrales de Puebla, y se daría origen al centro ceremonial conocido actualmente como “Coatepec Viejo”, cuyos restos materiales evidencian la nivelación de la cima del cerro y la construcción de una serie de pequeños adoratorios, que refuerzan el carácter sacralizado del cerro.

Los habitantes del viejo Coatepec, refieren una serie de características en relación con el cerro donde se encuentran los vestigios arqueológicos, en el sentido de que hay una cueva cuya entrada nadie puede hallar, el mismo  don Antonio Colorado aseguraba que la cueva existe y en su interior había agua. Referencias etnográficas que permiten deducir la pervivencia de conceptos de tradición indígena, en torno a la relación del cerro-cueva-adoratorio, aparte de su carácter como receptáculo del preciado líquido vital. Dichos rasgos simbólicos debieron de tomarse en cuenta al momento de elegir el lugar para fundar el “Pueblo de Indios” en el año de 1560, con el nombre de “San Jerónimo Coatepec”, designación que de entrada evocaba a la antigua comunidad prehispánica,  y de paso el sitio reunía determinadas características geográficas similares a las del lugar de origen. El asentamiento se encontraba ubicado en la parte alta de la actual Ciudad de Coatepec, y abarcaba el “Espinal Alto”, “Tejocotal” y el “Plan del Cerro” hoy conocido como “Los Carriles”, muy cerca de una elevación que sería designada a raíz del establecimiento del “Pueblo de Indios” con el nombre de “Cerro de las Culebras”, en sí una traducción del náhuatl al español, de la designación original del asentamiento primigenio, pero con ligeras modificaciones.780183489_bbe91274c7_z

Una serie de referencias en la tradición oral permiten adentrarnos en la importancia del “Cerro de las Culebras”, entre los primeros habitantes del pueblo colonial, en las cuales se asegura que “… la cueva del cerro lleva hasta una laguna y un tesoro custodiado por una gran serpiente muy vieja, que a veces sale por el pozo ubicado en la parte alta del cerro, atrás del monumento a Cristo Rey, y que a veces se desplaza por el túnel que une al cerro con la Iglesia de San Jerónimo…”. En otras versiones se dice que “… elcerro está lleno de agua y si un día cae una tromba en Coatepec, se corre el riesgo de que el cerro reviente y se inunde la ciudad…”

Tanto en las historias que se relatan en “Coatepec Viejo” y las referidas por personas ancianas de la actual ciudad, podemos detectar el manejo de analogías simbólicas en ambos sitios como son: la referencia al cerro como depósito acuático, la existencia de cuevas en función de conductos, y la serpiente, mismas que permiten fundamentar la estrecha relación que establecieron los antiguos habitantes entre ambos asentamientos, y el manejo de formas arquetípicas de tradición mesoamericana.

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